30/7/11

Mi exposición, (soy una Ardilla)



*



Vistes las ardillas? , bueno así.

Pero yo no me muevo tanto pero tengo esa desesperación y estado de alerta constante… es terrible , pero es real.
El corazón me late más rápido , las manos se me llenan de perlas trasparentes y siento el calor ese que anuda la garganta y sigue subiendo en procesión de alfileres que explotan en la coronilla no sin antes detenerse en mis axilas. Si la sensación se pudiera ver , seguro que pensarían que tengo un aura flamígera… pero es pánico nomás.


Y yo estaba en pánico.

Totalmente en pánico , y me acomodaba los lentes todo el tiempo más que nada para no ver. Porque yo soy de esos pintores que no quieren ver , yo no quiero ver nada , no quiero sentir nada, no quiero estar, ni ser visto , ni que se me aproximen ni que me digan nada. Yo siempre quise ser el hombre invisible , pero soy una ardilla con ataques de pánico.

Entonces pruebo reír , y me acuerdo que tengo los dientes torcidos y no me río. Y la cara se me llena de tics. Como si me picara la nariz por dentro y alguien o algo me pulsara el nervio óptico de mi ojo izquierdo. Me tiemblan los labios en un allegro vivace sostenuto y es cuando siento ese sonido agudo de máquina a vapor rotundamente dispuesta a explotar.
Generalmente ahí es cuando quiero ir al baño porque las entrañas se me han anudado en un macramé de dolor y retorcijones.
Y voy al baño y me escondo.
Y miro la pared blanca.
O el azulejo y su contorno de regularidad paralilepípeda con la grasa de las capitales adherida en la canaleta de la argamasa.
Y miro ese cuadrado por el bicel de mis lentes para tranquilizarme.

Pero nunca puedo. Y aún así siempre lo intento.
Yo nunca me tranquilizo , por eso pinto.

Respiro hondo pero me titila el estómago y me dan ganas de llorar y salir corriendo.
Y es cuando salgo del baño , me miro al espejo si es que lo hay , no me reconozco y sigo al afuera.

Y entonces salí del baño y estaban todos ahí.
Para mi era una exageración , era demasiada gente. Yo no conocía a tanta gente. Ni en mi velorio con una muy buena promoción y promesas de asado y café negro habría tanta gente.
Pero había.

Mucha.

De entre la muchedumbre salió mi amigo Marce y sin prolegómenos me espetó punzándome el pecho con su índice, "Está Marosa"… "dos potencias se saludan", y se rió como siempre se ríe cuando sabe que con cosas así mis niveles de stress se disparan a récords nunca antes establecidos.

Entonces yo me puse a craquear cada unos de los dedos de mis manos , arrancando sonidos de madera quemándose en la estufa mientras sentía como el espinazo se me iba enrulando en dolor.

Cerré los ojos.

Caminé entre la gente.

Me quise esconder tras un cigarro detrás de un cenicero.

Me atrapó contra alguna pared.

Estaba acompañada , lo presentí.

Quizás dos hombres , tal vez tres.

La máquina a vapor tronó y solo niebla , solo niebla.

Su figura se iba dibujando lentamente delante de uno de mis cuadros como si se fuera despegando cual estampilla ayudada por el vapor de la caldera que acababa de explotar.

Lentamente su figura piramidal se solidificó ante mi.

Bajé la mirada.

No quería ver , soy invisible , soy invisible , soy invisible!.

- Vos y yo somos primos , me dijo.

Tragué fuego.
Volví a tragar lava.
Supe que volvía a ser azul como cuando nací.

Abrí la boca y dije "lo se , mi abuelo era de Belén".

Y me desmayé para adentro en la tranquilidad que tiene la tortuga en la aljibe.
Vi su boca asimétrica en carmín.
Sus collares de semillas de plantas desconocidas.
Vi dos bicho canastos hamacándose en iridicencias de sus lóbulos.
Vi su tapado de animal sintético.
Vi el jardín envuelto en su chalina.

Y caí en trance místico abstracto de tortuga moviendo sus patitas en la brea leve de la aljibe.
Ese lugar conocido al que siempre voy.

La vi desde asomarse al brocal acompañada por dos hombres , tal vez tres.

Se que seguía hablando desde su oráculo.
Pero nunca sabré que me dijo.
Tal vez Ariel sepa.
Pero ya no importa.
Somos primos , ella me lo dijo.

Y con eso me vasta.
Soy una ardilla , que más puedo pedir?.






*